Con el fin de garantizar la salud y bienestar de los animales, es necesario realizar la administración de medicamentos. Adicionalmente al uso de sustancias autorizadas con fines terapéuticos o preventivos, se pueden dar casos de uso de sustancias prohibidas o no autorizadas, en ocasiones con fines fraudulentos. Esta última situación, extremadamente rara, perjudica notablemente a todo el sector ganadero.
La gran mayoría de estos productos farmacológicos son susceptibles de dejar residuos en los alimentos procedentes de los animales que han sido tratados, como la carne, la leche, los huevos y la miel, lo cual puede suponer un grave riesgo para la salud de los consumidores.
El objetivo principal de la vigilancia de residuos de medicamentos de uso veterinario en alimentos es evitar que lleguen al consumidor aquellos con residuos de sustancias que puedan tener consecuencias negativas para la salud. Por ello, se han establecido normativamente Límites Máximos para estos Residuos (LMRs) y, además, existe un "Periodo o tiempo de espera o de supresión", definido en las indicaciones de uso de cada medicamento, que asegura que el contenido de residuos en los alimentos se ajusta al límite máximo de residuos para los medicamentos veterinarios.
De no existir este tipo de medidas, dependiendo de la naturaleza del medicamento y la dosis acumulada en el animal, los efectos de los residuos medicamentosos pueden afectar en la salud del consumidor desde reacciones alérgicas hasta intoxicaciones agudas, e incluso tener efectos cancerígenos.
Algunos ejemplos de residuos son el clenbuterol, usado para estimular partos y favorecer el engorde forzado del ganado, o las hormonas naturales y sintéticas, empleadas para uso terapéutico y también para estimular el crecimiento de los animales.
La gran mayoría de estos productos farmacológicos son susceptibles de dejar residuos en los alimentos procedentes de los animales que han sido tratados, como la carne, la leche, los huevos y la miel, lo cual puede suponer un grave riesgo para la salud de los consumidores.
El objetivo principal de la vigilancia de residuos de medicamentos de uso veterinario en alimentos es evitar que lleguen al consumidor aquellos con residuos de sustancias que puedan tener consecuencias negativas para la salud. Por ello, se han establecido normativamente Límites Máximos para estos Residuos (LMRs) y, además, existe un "Periodo o tiempo de espera o de supresión", definido en las indicaciones de uso de cada medicamento, que asegura que el contenido de residuos en los alimentos se ajusta al límite máximo de residuos para los medicamentos veterinarios.
De no existir este tipo de medidas, dependiendo de la naturaleza del medicamento y la dosis acumulada en el animal, los efectos de los residuos medicamentosos pueden afectar en la salud del consumidor desde reacciones alérgicas hasta intoxicaciones agudas, e incluso tener efectos cancerígenos.
Algunos ejemplos de residuos son el clenbuterol, usado para estimular partos y favorecer el engorde forzado del ganado, o las hormonas naturales y sintéticas, empleadas para uso terapéutico y también para estimular el crecimiento de los animales.