Las micotoxinas se producen por hongos o mohos que atacan a los alimentos cuando están almacenados en condiciones climatológicas que no son adecuadas para la conservación. A pesar de que estos hongos puedan eliminarse, las micotoxinas son muy resistentes y no se eliminan ni con lavados o por la aplicación de calor.
Los alimentos que son más propensos a contener este tipo de toxinas son los frutos secos, cereales y especias aunque también se ven afectados el café, los lácteos o productos derivados de la manzana y la uva como pueden ser los zumos.
Su influencia o efectos en el consumidor depende del tipo de micotoxina de la que hablemos y la cantidad que haya en determinado alimento. Sin embargo, algunas de las más toxicas son las aflatoxinas B y G y las Ocratoxinas que se pueden encontrar en el Aspergillus, las fumonisimas, los tricotecenos y la Zearalenona que pueden encontrarse en el fusarium y por último la Patulina que puede encontrarse en el hongo penicilium.
Los efectos adversos que pueden causar son muy variados siendo de los más graves la inducción del cáncer y mutagenicidad, así como problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón. Algunas micotoxinas son también inmunodepresoras, reduciendo la resistencia a enfermedades infecciosas. Otras producen efectos toxicológicos por exposición a las mismas a largo plazo.
Los alimentos que son más propensos a contener este tipo de toxinas son los frutos secos, cereales y especias aunque también se ven afectados el café, los lácteos o productos derivados de la manzana y la uva como pueden ser los zumos.
Su influencia o efectos en el consumidor depende del tipo de micotoxina de la que hablemos y la cantidad que haya en determinado alimento. Sin embargo, algunas de las más toxicas son las aflatoxinas B y G y las Ocratoxinas que se pueden encontrar en el Aspergillus, las fumonisimas, los tricotecenos y la Zearalenona que pueden encontrarse en el fusarium y por último la Patulina que puede encontrarse en el hongo penicilium.
Los efectos adversos que pueden causar son muy variados siendo de los más graves la inducción del cáncer y mutagenicidad, así como problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón. Algunas micotoxinas son también inmunodepresoras, reduciendo la resistencia a enfermedades infecciosas. Otras producen efectos toxicológicos por exposición a las mismas a largo plazo.