La acrilamida es un compuesto químico utilizada en procesos industriales como la elaboración de materiales plásticos en contacto con los alimentos, la depuración de aguas, o la fabricación de papel, cosméticos y pegamentos. Además, la acrilamida se forma en el humo del tabaco y durante el calentamiento a temperaturas superiores a 100ºC, es decir, durante la fritura y el horneado de alimentos ricos en almidón.
Por otra parte, cuánto más elevada es la temperatura en los productos, más elevados serán los niveles de acrilamida en el alimento. Los repetidos calentamientos de estos alimentos también van a incrementar la concentración en ellos.
Podemos encontrar acrilamida en todos aquellos productos fabricados a partir de patatas o cereales, que hayan sido fritos u horneados, como por ejemplo, patatas fritas, galletas, cereales de desayuno, café, frutos secos y pan.
En cuanto a los efectos de la acrilamida en la salud del consumidor, se han hecho varios estudios que demuestran que el principal órgano diana es el sistema nervioso, provocando degeneración en áreas del cerebro críticas para la memoria, aprendizaje y otras funciones cognitivas. Todavía no se ha demostrado de forma concluyente la relación entre la exposición ocupacional o debida a la dieta, con la aparición de cáncer, aunque algunos estudios indican una asociación con algunos tipos de tumores, particularmente relacionados con hormonas de mujeres y cáncer pancreático. No obstante, las cantidades presentes en los alimentos son más de mil veces inferiores a las que producen alteraciones en animales, por lo que los expertos consideran poco probable que la acrilamida ingerida a través de los alimentos tengan graves efectos en la salud.
Como consumidores, se recomienda:
Igualmente, el mejor consejo en la actualidad es consumir una dieta saludable y equilibrada, baja en grasas y rica en granos con alto contenido de fibras, frutas y verduras.
Por otra parte, cuánto más elevada es la temperatura en los productos, más elevados serán los niveles de acrilamida en el alimento. Los repetidos calentamientos de estos alimentos también van a incrementar la concentración en ellos.
Podemos encontrar acrilamida en todos aquellos productos fabricados a partir de patatas o cereales, que hayan sido fritos u horneados, como por ejemplo, patatas fritas, galletas, cereales de desayuno, café, frutos secos y pan.
En cuanto a los efectos de la acrilamida en la salud del consumidor, se han hecho varios estudios que demuestran que el principal órgano diana es el sistema nervioso, provocando degeneración en áreas del cerebro críticas para la memoria, aprendizaje y otras funciones cognitivas. Todavía no se ha demostrado de forma concluyente la relación entre la exposición ocupacional o debida a la dieta, con la aparición de cáncer, aunque algunos estudios indican una asociación con algunos tipos de tumores, particularmente relacionados con hormonas de mujeres y cáncer pancreático. No obstante, las cantidades presentes en los alimentos son más de mil veces inferiores a las que producen alteraciones en animales, por lo que los expertos consideran poco probable que la acrilamida ingerida a través de los alimentos tengan graves efectos en la salud.
Como consumidores, se recomienda:
- Reducir al máximo los tiempos de fritura.
- Limita el consumo de productos fritos a base de patatas.
- Respeta las instrucciones que figuran en los envases sobre la mejor forma de cocinar el alimento.
- Consumir preferiblemente café natural en vez de torrefacto.
- Evitar recalentar en el microondas alimentos ya fritos anteriormente.
Igualmente, el mejor consejo en la actualidad es consumir una dieta saludable y equilibrada, baja en grasas y rica en granos con alto contenido de fibras, frutas y verduras.